Lic. Roberto Cárdenas Cachoa
El “Anti poeta” Nicanor Parra
Creemos ser país y la verdad es que somos apenas paisaje. Nicanor Parra
Cuando un poeta muere, un mundo se apaga; y sólo leyendo su obra se revive la magia que dejo en este mundo. El físico matemático y poeta chileno, si de Chile tierra de poetas se nos adelantó para vivir en la eternidad. Crítico de este injusto mundo, que cada día el ser humano por ciega ambición lo hace menos vivible lamentablemente. Nicanor Parra hermano de Violeta grandes creadores de la tierra de la Araucaria son factores de fuerza cultural. Hay un sentimiento de tristeza y a la vez de alegría de haber podido conocer la obra de este “anti poeta”, como el mismo se decía. Mucho por escribir de este genio de las matemáticas y las letras. Aguerrido contra lo establecido, innovador, honesto, gente de izquierda que siempre mereció el Nobel de literatura, pero tan devaluado y políticamente correcto últimamente que es más conocido por los que no lo recibieron que por los galardonados. Qué mejor homenaje que dejar un poema de este poeta universal, lo que les recomiendo con fuerza es leerlo para que conozcan el mundo de Nicanor que nos legó para gozo de todos los interesados. Les dejo mi Twitter: @robercachoa ¡Todo bien!
El hombre Imaginario
El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario
De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios
Todas las tardes tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios
Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario
Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario.
Nicanor Parra.