Lic. Roberto Cárdenas Cachoa
Democracia decadente
“La descomposición de todo gobierno comienza por la decadencia de los principios sobre los cuales fue fundado.” Montesquieu
La política es una ciencia exacta. El ser humano es un ser perfectible; la sociedad es una creación humana para dar seguridad y preservar la vida. Los valores cambian, los intereses son los mismos, los medios para lograr los fines se prostituyen. La democracia desde su origen en la Grecia antigua no era perfecta, como toda creación humana. El poder es un elemento generador de división, conflicto y muerte: Thánatos, ‘muerte. La educación, la filosofía, el arte: La cultura es Eros: Amor: vida. Siempre el tiempo eterno ha sido escenario entre la lucha entre Eros vs Thánatos, creo que la muerte gana por la sencilla razón que por el espejismo vulgar de la búsqueda del efímero poder terrenal, controlar y dominar, el sentido humano de sensibilidad y amor a la vida se pierde, no somos más que unos cavernícolas egoístas hambrientos de poder y faltos de hambre de vida: cultura, humanismo. Siendo así las cosas, el ser humano va en camino a su decadencia, entre más tecnología, progreso frío y elitista con objetivo en su mayoría de controlar y dominar al otro, en detrimento de un sentido de humanismo con educación contra la intolerancia y la depredación en lo que hoy nos encontramos en todo el planeta desde hace siglos y no se ve el intento de detener esa oscura tendencia, nos daremos por vencidos o se lo llevará todo la muerte. Yo me considero una persona positiva con tendencia a la creación y el aprendizaje, es por ello para mi lamentable que el mundo viaja al sin sentido y aún no se dé cuenta la mayoría. Estamos en un tiempo de transición que no sabemos a qué lugar nos lleve y mientras los líderes están obsesionados por la lucha del poder la sociedad ha perdido su mayor poder: La libertad. Libertad de decidir sobre su vida, sobre su tiempo y sobre su amor, su transformación, somos humanos por la luz que creamos pero también por la oscuridad que alojamos en nuestro interior, no perdamos la guerra entre Eros y Thánatos interna que a diario luchamos. Si somos seres de la cultura en decadencia de la muerte y del vacuo poder, seguiremos formado la democracia que hoy tenemos: Una democracia decadente, que ha dejado de ser funcional para el humanismo y se ha convertido en un territorio de cinismo y muerte. Les dejo mi Twitter: @robercachoa ¡Todo bien!