Lic. Roberto Cárdenas Cachoa
En el Señorío de Cuzcatlán. El Salvador.
“Ser salvadoreño es ser medio muerto
eso que se mueve
es la mitad de la vida que nos dejaron”
Roque Dalton.
A inicios del mes de septiembre, me ausente del país por vacaciones, y mi vuelo de conexión, me toco en El Aeropuerto Internacional de El Salvador San Óscar Arnulfo Romero y Galdámez (AIES), después de volar hora y media desde la Ciudad de México. Al llegar al aeropuerto, me llamo la atención su orden y su modernidad, siendo importante para las conexiones a Sudamérica y los Estados Unidos. Como la espera seria de seis horas para nuestro siguiente vuelo, decidimos tomar un tour con una agencia salvadoreña certificada, que nos llevaría a San Salvador y a Olocuilta a comer unas “Pupusas” y así consumir las horas de espera, conociendo este país. De El Salvador, tenía pocas referencias, más allá, de las obligadas: País Centroamericano, que formó parte de México, que vivió en los setentas y ochentas del siglo pasado una guerrilla sangrienta, dónde los niños salvadoreños padecieron un terrorismo por ambos bandos: La película “Voces Inocentes” de Luis Mandoki habla de eso. La Pandillas como “La Mara Salvatrucha”, causan mucho problema en la sociedad, se están implementado programas para su disminuir su presencia. Y su selección de Futbol conocida como “La Selecta” que la dirige un mexicano: Carlos de los Cobos, que también fue entrenador del Querétaro en 1993. El Salvador se nos presentaba con un clima caluroso, húmedo, con cielo nublado, la carretera que conecta el Aeropuerto con San Salvador, la Capital, es buena, en menos de cuarenta minutos arribamos a la Ciudad más poblada de Centroamérica, en primera escala, conocimos el “Estadio Cuscatlán” con aforo de cincuenta mil espectadores, es el más grande de los países centroamericanos. La Ciudad de San Salvador, es parecida a una ciudad mexicana, del sureste, situada cerca de un volcán activo y con actividad sísmica fuerte. El Dólar es la moneda de curso legal. En sus alrededores, hay muchos árboles y el calor en ese momento era intenso. La Catedral es sobria y cuenta con el mausoleo del Santo Oscar Arnulfo Romero, asesinado en plena misa en los tiempos oscuros de la Guerrilla Salvadoreña de los años ochenta. El Centro de la Ciudad es sencillo, dónde figura el Palacio de Gobierno y otras edificaciones antiguas, un poco abandonadas, pero de notable arquitectura. Ya en camino de retorno al aeropuerto visitamos Olocuilta la Capital de las “Pupusas”, plato típico salvadoreño, sencillo, pero rico, que en San Juan del Río, Qro, podemos probar en un restaurante típico de ese país. Un paseo sin duda interesante, siempre es aleccionador conocer un nuevo país, y más si tiene mucho de nuestra cultura como es El Salvador. Cuscatlán, el antiguo nombre de esta Nación, la más pequeña del Continente americano: 21.041 km² casi del tamaño del Estado de Hidalgo. Conocido como el “Pulgarcito de América”, es recomendable visitarlo y platicar con los salvadoreños con su estilo de caliche y sus modismos que son muy graciosos al escucharlos. Roque Dalton es un poeta salvadoreño reconocido mundialmente. Nayib Bukele, es el presidente, que llega generando muchas expectativas en esta tierra que sufre de pobreza y detona mucha migración a EUA. Se sabe que el origen del Libro de “El Principito” fue inspirado por una bella salvadoreña: Consuelo Suncín-Sandoval Zeceña esposa de Antoine de Saint-Exupéry su autor. Y Alicia Lardé física Salvadoreña fue la esposa de John Forbes Nash Jr., el ganador del Premio Nobel de Economía 1994 el mismo que inspiró la película “Una mente brillante”. Sin duda, El Salvador es un pequeño país, que genera grandes inspiraciones. Si un día pueden, visítenlo. Les dejo mi Twitter: @robercachoa ¡Todo bien!