Caminar por San Juan del Río, Querétaro.
Escribe.-Lic. Roberto Cárdenas Cachoa
Amanece en silencio y se ilumina el cielo con su fuerza que la naturaleza ofrece. Es temprano y el movimiento de la gente activa la Ciudad que trabaja antes de que salga el sol y continúa en sus labores cuando el astro rey está dormido. El oriente del valle es donde la mayor parte de la población radica y nutre a todos los destinos más allá de sus fronteras. Los trabajadores con sus sueños, dolores y prisas, se enfocan a su trajín cotidiano. El transporte público hace su misión, llevando de un lado a otro a los Sanjuanenses, que construyen con paciencia y esperanza sus caminos. Aquí la esencia es la migración; familias completas o de manera individual han construido a pesar de no nacer en esta tierra, una comunidad diversa que comparte un destino común. De los grupos fundacionales a las nuevas generaciones que han creado un municipio con tradiciones complejo e innovador. Su Centro Histórico, Su Camino Real de Tierra Adentro. Su Puente de la Historia, su rio, sus casonas que resguardan historias de notable nostalgia e historia nacional. Sus mercados, sus cafés y demás refugios existenciales son el escenario imprescindible e insustituible. Caminar por San Juan del Río, Querétaro, es una invitación a disfrutar de la vida que emana en cada comercio, en cada calle que da espacio al encuentro con el vecino que se encamina a su labor, a sus reencuentros y desencuentros; El saludo y el comentario, el debate de lo político y lo cotidiano, siempre acompañado de la sonrisa cómplice de la comprensión y de la experiencia de convivir en un espacio de historias y leyendas. Camino y me topo con un olor, con un flechazo que evoca en mi algún recuerdo. Mientras el sol impone su presencia y me lleva a refugiarme entre los portales de Avenida Juárez y saludo al amigo que se presenta con la noticia actual que se inscribe en la memoria de un pueblo luminoso. Caminar por San Juan del Río, Querétaro es leer en sus fachadas, sus templos y calles, el poema que a diario se escribe en silencio pero con la fuerza de la naturaleza como son sus amaneceres. Les dejo mi Twitter: @robercachoa ¡Todo bien!