2021 El año cuando George Orwell ya fue obsoleto.
Lic. Roberto Cárdenas Cachoa
El siglo veintiuno está marcado por una triste paradoja, el ser humano tiene a su disposición los mayores avances de la ciencia y la tecnología que ningún visionario hace apenas veinte años imaginaria. Pero también, vivimos en un oscurantismo terrible, horroroso, fomentando por los mismos grupos de poder económico, que comandan la élite que controla los gobiernos y medios de comunicación y todo su ramillete de plataformas virtuales, tan adictivas, tan vacías de contenido esencial para hacer pensar, ser críticos a los clientes (usuarios) ya no ciudadanos. En el año 2021 hay seres humanos que afirman que la tierra es plana, que nuestro planeta es el centro del universo y lo peor… que existe la democracia representativa, libre, es decir, que elegimos a nuestros representantes por nuestro voto.
En el siglo XXI todos tenemos miedo, un terror atávico a ser espiados, mientras utilizamos medios de comunicación que su real objetivo (negocio) son nuestros datos personales y sirven para aportar esa información valiosa y gratis a los poderosísimos centros financieros y comerciales que son los que nos vigilan y condicionan, por la sencilla trampa del algoritmo amigable, para sucumbir ante la dictadura más poderosa que ha creado y padece el ser humano.
El libro 1984 de George Orwell, en estos tiempos parece un chiste mal contado. El “gran hermano” está vigilándonos en nuestras propias manos y acríticamente y con placer lo aceptamos y exigimos que nos chupe lo que tenemos de valor para Él: datos personales, información comercial, condicionamiento político, gustos y formas de perder el tiempo en ese mar sin fondo, abismal como lucrativo que le llaman entretenimiento. Ahora nos preocupamos por que nos espían cuando mandamos un mensaje, publicamos en el muro de Facebook, o colocamos un tuit en la hoguera de las vanidades que se ha convertido Twitter.
Umberto Eco la definió esa plataforma con su luminosa sabiduría, siendo un docto en la semiótica: “Las redes sociales dan voz a legiones de idiotas”. Ahora un sector aplaude que Twitter imponga su omnímodo poder sin contrapeso real a un presidente indefendible como Trump, espero, que esas mismas “legiones de idiotas”, no se encabriten, cuándo sean tocados por ese mismo poder que hoy acríticamente, visceralmente, aplauden. Cómo diría mi Maestro: Joaquín Sabina, estamos presenciando un “derrumbe de dioses y de mitos…” Para este tema los asiáticos nos alertan: Estamos viviendo tiempos interesantes. Sigamos conversando de la nueva serie de Netflick, del “asalto” al Capitolio, de que “x” político de “y” partido ahora es precandidato de “z” partido, es decir, sigamos entretenidos mientras pagamos por nuestra “divertida” esclavitud condicionada. No vienen…los barbaros ya están entre nosotros nos ponen like, nos retuitean y nos recomiendan que ver. Ojalá podamos salir de esta Nueva Edad Media y que no dure tantos siglos como la anterior. Seamos críticos, abramos los ojos y no aplaudamos por aplaudir. Les dejo mi Twitter: @robercachoa ¡Todo bien!