Escribe.-Fernando Roque
Hay ausencias que duelen tanto,
desolación sin ecos,
saber que un amigo más partió llevándose recuerdos,
no encontrar respuesta a pesar de patear la puerta.
La amistad es fogata calentando el alma
y cuando se extingue las cenizas te siguen para siempre,
los momentos compartidos, confidencias,
el saber a tu amigo ya durmiendo con la muerte,
ese vacío que golpea más a los que nos quedamos
a hilar en el telar de un tiempo ido,
queremos comprender esa broma terrible
que nos arrebata a los amigos,
y como despedirnos si ni tiempo hubo,
tan de de repente como un ave
que en pleno vuelo se detiene,
tan doloroso como una herida abierta
que no supura nunca,
que nunca cicatriza . . .