Por. Karla Yunnuen Rosillo
Cuántas historias podemos encontrar en los pasillos de los mercados, ahí donde toda la gente dueña de locales parece conocerse y ser una gran familia, pues se han visto por años, han visto crecer a sus hijos, abrir nuevos espacios o incluso cerrarlos por alguna enfermedad, esa gran familia que se ha acompañado en los buenos momentos y en los no tan buenos.
La actividad comercial ha sido quizá el mejor pretexto para la convivencia, los comerciantes del Mercado Reforma aprendieron a ganar dinero haciendo familia.
Hoy en su 60 aniversario la Sra. Francisca Mauricio Ruiz fundadora de este primer mercado aún recuerda cuando la Plaza Independencia era el lugar de concentración para la actividad comercial y donde jugaba al lado de su mamá, quien fue la que como un modo de vida y para sacar adelante a su familia, llegó a este espacio a vender frutas y verduras, acompañada hoy a la misa de las 2:00 de la tarde de su hija, bromea diciendo que ella ya no está para el trote y mirando a su hija soltando una carcajada. Y sí, Dona Panchita como le dicen de cariño quienes la han visto caminar los pasillos del Mercado Reforma, es una señora de edad avanzada que con nostalgia en su mirada recuerda a su mamá y a su esposo que también formaron parte de este proyecto.
Pero Doña Panchita recuerda bien a los fundadores y nos platica que alrededor de 60 locatarios empezaron en un espacio que de inicio se les hacía lejos, sin embargo los clientes asistían a la compra todos los domingos, mencionando al Sr. José Olvera Hernández, dueño de una zapatería y que hoy acompañado del brazo de su nieta Maite Pérez Olvera asistió a la celebración, celebración del sitio de trabajo que le ayudó a mantener a su familia, verlos crecer, estudiar y emplearse, nos contó que hoy dos de sus hijos Saúl e Isac Olvera, que son los encargados de atender, pero también su nieta Maite quien de profesión es Administradora de empresas, ha optado por atender uno de los locales comerciales y en palabras de la misma Maite sentirse satisfecha de ser comerciante y dueña de su propio tiempo, atender a los clientes y conocer a muchas personas que gracias al linaje familiar hoy la reconocen como una joven comprometida con el gran trabajo que ha realizado su familia.
La historia nos revela que en 60 años el Mercado Reforma ha albergado a más de 200 familias dedicadas al comercio, que los esfuerzos que ha realizado cada una de esas familias al levantar las cortinas de sus negocios ha rendido frutos y da esperanza de un mejor futuro, pues ahí han nacido nuevos comerciantes, hombres y mujeres trabajadoras, que saben de las vicisitudes de la vida, pero que siempre y a pesar de todo, tienen la convicción de atender a los clientes, y no podemos dejar de mencionar a los papás y mamás que se han esforzado por brindarles estudios a cada uno de sus hijos, pues así como Maité Pérez Olvera, mucho ya son profesionistas, pero encontraron en el comercio su modus vivendi.
Son injustas las líneas de este texto, porque debería alcanzar el espacio para mencionar a cada uno de los que han escrito la historia del Mercado y sin el afán de excluir a nadie, felicitamos a cada una de las familias comerciantes del Mercado Reforma. ¡Enhorabuena!