- Las licitaciones del Tren Maya están plagadas de influyentismo, el Aeropuerto es producto de un berrinche y la refinería Dos Bocas le apuesta a energías no renovables: ADL.
Ni la pandemia del COVID-19 ni la crisis económica en la que el Gobierno Federal tiene sumergido al país han hecho cambiar de opinión al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para que dé marcha atrás la construcción de tres de sus obras faraónicas: El Aeropuerto Internacional ‘Felipe Ángeles’, la refinería ‘Dos Bocas’ y el ‘Tren Maya’.
“Estamos viendo un país centralista arcaico, que está desperdiciando los recursos públicos, que está invirtiendo en Pemex, CFE y empresas de energía que ya no son el negocio que eran antes. Tenemos un presidente que añora los 80, el estatismo, el monopolio y sin duda está invirtiendo el recurso público en proyectos que parecen más berrinches como es el aeropuerto de ‘Santa Lucía’, el ‘Tren Maya’ y la refinería ‘Dos Bocas’ y está cerrado, acotado a su pensamiento, no está abierto a escuchar nuevas propuestas y veo que está acabando con lo que habíamos logrado, más rápido de lo que pensábamos”, dice Agustín Dorantes, presidente del Partido Acción Nacional (PAN).
Es por eso que vale la pena enfatizar tres razones por las cuales las obras faraónicas de AMLO deberían cancelarse:
Aeropuerto Internacional ‘Felipe Ángeles’, en Santa Lucía. Este proyecto nació para cancelar una obra que había iniciado el gobierno de Enrique Peña Nieto: el Aeropuerto de Texcoco. Al cancelarlo, Citibanamex estimó que las multas financieras que el gobierno de AMLO tenía que pagar eran de 120 mil millones de pesos, además de desatar la incertidumbre entre los inversionistas nacionales y extranjeros hacia el país.
Desde sus inicios, el nuevo aeropuerto en Santa Lucía no contó con estudios de impacto ambiental, se advirtió que sus radiofrecuencias chocarían con las de la terminal actual, que había que redireccionar sus pistas pues en la zona está el cerro de Paula, que cuenta con vestigios de las culturas Teotihuacana, Tolteca y Mexica. Y en lugar de desistir en su construcción, la Sedena decidió reservar por cinco años información sobre la compra de tierras ejidales para su construcción.
“Desde finales del 2019, en el PAN mencionamos las consecuencias catastróficas que traería la nueva obra a la economía. Hoy investigadores del INAH han encontrado las osamentas de más de 130 mamuts que vivieron en la región hace unos 12.000 años. Además de 15 enterramientos humanos correspondientes al período posclásico. Por la relevancia del hallazgo y la inviabilidad del proyecto, la zona debería ser resguardada y declarada patrimonio cultural de los mexicanos”, apoya Martín Arango, secretario General del PAN estatal.
Refinería ‘Dos Bocas’. En 2018, en voz de nuestro candidato presidencial Ricardo Anaya, el PAN detalló que México necesitaba dar prioridad a la agenda de sustentabilidad. A través de cuatro propuestas: instalación de techos con paneles solares en todas las casas; impulso al desarrollo de empresas limpias, ambientalmente sostenibles y socialmente responsables; impulsar la movilidad no motorizada y eléctrica e incentivar a las mipymes para aprovechar la energía solar.
“La decisión de construir la refinería de ‘Dos Bocas’ es un salto al pasado que tendrá altos costos financieros y económicos al país, pues los especialistas han dicho que aún en operación no servirá para darle un respiro al quebranto que se avizora para Pemex”, menciona Agustín Dorantes.
Desde 2019, tres calificadoras internacionales han señalado la inviabilidad de Pemex: Moody ́s le ha bajado dos niveles a la petrolera mexicana (de Baa3 a Ba2) y Fitch le ha bajado cinco niveles crediticios a la empresa (de BBB+ a BB-) en menos de dos años. Ambas calificadoras internacionales coinciden en que ha perdido el grado de inversión. En el caso de Standard and Poors, Pemex ha perdido un grado crediticio a lo largo de la actual administración y está en el límite de no ser rentable. “Por eso es urgente mirar hacia el desarrollo y producción de energías renovables eólica y solar”, recomienda Arango.
‘Tren Maya’. Las licitaciones para la construcción del tren huelen a corrupción. El primer segmento, que irá de Palenque a Escárcega, Campeche, fue contratado a la empresa Mota-Engil México, por 15,538 millones de pesos. La segunda parte, de Escárcega a Calkiní, Campeche, se atribuyó a Operadora Cicsa y FCC Construcción, con una inversión de 18,553 millones de pesos. En tanto que la compañía encargada del tercer trecho, que va de Calkiní a Izamal, Yucatán, estará a cargo de Construcciones Urales, por 10.192 millones de pesos.
El primer tramo fue adjudicado a una empresa beneficiada durante el gobierno del ex presidente Enrique Peña Nieto. La constructora que ganó la licitación del segundo tramo fue imputada en octubre del 2019 en España por pagar presuntamente sobornos a políticos y funcionarios de Panamá a cambio de obras públicas en ese país. Y la compañía ganadora para edificar el tercer segmento, fue la que construyó el segundo piso del Periférico de la Ciudad de México en 2005, cuando López Obrador estaba a cargo de la jefatura de gobierno.
“Con estos ejemplos podemos observar que Morena no sabe gobernar, que sigue con las viejas prácticas de corrupción e influyentismo del viejo PRI y que antepone sus intereses de grupo frente a los de los ciudadano. Morena no le está cumpliendo a los mexicanos”, concluye Agustín Dorantes.