Han transcurrido 150 días desde el primer caso de COVID-19 detectado en México y al día de hoy se reportan poco más de 570 mil contagiados y 65 mil muertes. Esto deja claro que, la pandemia está fuera de control, dado que nunca se enfrentó con seriedad la situación y resultado de ello es que actualmente nos encontramos entre las 10 naciones con más contagios.
La culpa es tanto vertical como horizontal. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ha tenido un pésimo desempeño ante la pandemia, comenzando por el mismo mandatario, toda vez que las primeras semanas de la pandemia el presidente llamaba a la gente a hacer caso omiso de la amenaza y la invitaba a salir a comer a los restaurantes y abrazarse, ignorando en todo sentido las medidas y recomendaciones de su mismo subsecretario de salud, así como las giras y eventos masivos que seguía realizando.
También recordar, que el tabasqueño, refirió durante toda la cuarentena, que la pandemia ya estaba controlada y su necedad senil de no utilizar cubrebocas, no realizarse la prueba, así como reactivar las actividades en pleno pico. La actitud del doctor López-Gatell no fue la esperada ni la correcta, al pasar de ser un funcionario público o “científico” a ser un obstinado defensor de la sarta de mentiras expresadas por el presidente, utilizando frases ilógicas como que la fuerza de presidente era moral y no de contagio, al igual que, sus decenas de datos y estadísticas manipuladas, pero desmentidas por instituciones científicas.
Sin duda, los ciudadanos no entendimos la gravedad de ignorar las indicaciones y medidas de seguridad, toda vez que, durante el confinamiento se realizaron celebraciones, fiestas particulares y reuniones masivas, propagando velozmente el virus.
Lo cierto es que, la crisis sanitaria no ha rebasado el sistema hospitalario, pero ya colapsó la economía, teniendo una inflación del 4%, así como la pérdida de miles de empleos y el cierre de incontables negocios.
Andrés Manuel, sigue empecinado con la celebración de las fiestas patrias en el zócalo, pero el país no está para celebraciones ni conmemoraciones, no tenemos nada que festejar, primordialmente por el luto de las familias que perdieron a un ser querido por la pandemia, el crimen organizado, por la inseguridad y los feminicidios. Si este año se resumiera en una frase, sin duda alguna sería “Los Muertos de AMLO”.