Escribe:- Isaac Media Hernández
En 1922 el periodista poblano Rafael Alducín, instauró en México, el 10 de mayo como el día para celebrar a la madre, siguiendo la tradición de nuestro vecino del norte. Y pasados 100 años es (en mi opinión) la festividad más importante en nuestro País. Esta celebración no conoce de religión, ideología o clase social, los mexicanos estamos acostumbrados a celebrar a los seres entrañables que nos dieron la vida.
Pero, debemos de utilizar este festejo como una forma para conmemorar a estas mujeres que por diversas circunstancias son madres en una sociedad patriarcal, machista y misógina. Están inmersas en una colectividad que les limitan su desarrollo económico, social, político y laboral, por el simple hecho de maternar.
Cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), muestran que, aproximadamente el 75% de las mujeres mayores de 15 años (36 millones de féminas), han sido madres, de las cuales un 30% no viven en pareja (soltera, viuda, divorciada).
En el ámbito laboral ocho de cada diez mujeres económicamente activas con al menos un hijo (80.6%), carece de acceso a servicios de guardería, esto gracias a los recortes presupuestales del presente sexenio, fomentando así, la incursión en el sector informal.
Según el IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad) México ocupa el primer lugar de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, con la mayor tasa de natalidad en mujeres adolescentes: ocurren 77 nacimientos por cada mil mujeres de entre 15 y 19 años.
Las cifras se vuelven más alarmantes cuando hablamos de violencia, ya que el 30.8% de las madres mayores de 15 años (casadas o en unión libre), declaró haber padecido al menos un incidente de violencia por parte de su pareja en los últimos 12 meses; 27.8% ha sufrido violencia emocional, 14.1% económica, 8.5% física y 2.5% sexual.
Si bien, hay avances significativos en la prevención del embarazo adolescente, así como la promoción de la educación sexual, faltan muchos puntos y temas por agregar a la agenda pública, cuestiones que también tienen que ver con las costumbres y prácticas discriminatorias hacia las mujeres que ejercen la maternidad.